Tesoros enterrados en el área de El Rosario, Baja California

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Por Marisol Montellano

Durante los años 60 y 70 del siglo pasado, paleontólogos de Estados Unidos pasaron varios veranos prospectando los alrededores de El Rosario y descubrieron restos de dinosaurios, cocodrilos, lagartijas entre otros vertebrados. Más tarde, alumnos y maestros de la Universidad Autónoma de Baja California realizaron expediciones a la zona.

Desde el año 2004, personal del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, junto con investigadores de Estados Unidos retomamos el estudio en el área. Nuestro objetivo es conocer la fauna que vivía ahí durante el Cretácico tardío (hace 74 millones de años), hacer una reconstrucción ambiental, y cómo se compara esta fauna con las de otras localidades norteamericanas, entre otras preguntas. El énfasis lo hemos puesto en recuperar restos de vertebrados de pequeña talla (microvertebrados) como anfibios y reptiles, por mencionar algunos.

Buscando microvertebrados en los sedimentos de El Gallo. Foto: René Hernández.

¿Cómo lo hacemos?

Empezamos prospectando, esto es caminar por los cañones, trepar las paredes de las colinas, y buscar evidencias de restos fósiles como pedazos de huesos y dientes. Cuando éstos se encuentran, el lugar y los alrededores se revisan con más detenimiento, y se llenan costales con sedimento, los cuales son enviados a la Ciudad de México para su tamizado en las instalaciones del Instituto de Geología de la UNAM.

En el laboratorio el sedimento se pone a remojar, se pasa por tamices de diferentes aperturas, se seca y después se observa debajo de un microscopio para separar los restos de microvertebrados, para su posterior estudio. Es un trabajo tedioso pero muy emocionante cuando se encuentran restos identificables, pues la mayor parte del material está fragmentado y difícil de identificar. Este material está siendo estudiado por estudiantes de licenciatura, posgrado y especialistas en diferentes grupos.

Restos de microfósiles listos para recolectarse. Foto: René Hernández. 

Para poner en contexto cómo y dónde se encontraba Baja California hace 70 millones de años: Norteamérica no lucía como la vemos ahora, estaba bisectada por un mar que la dividía en dos grandes continentes Laurasia y Appalachia; Baja California se encontraba en la costa del Pacífico de Laurasia y estaba pegada al continente, no existía el Mar de Cortés, éste se formó muchos millones de años después.

Cuando comparamos las faunas de la misma edad de El Rosario con las del resto de Norteamérica (Canadá y Estados Unidos) resulta que es peculiar en su composición faunística, por lo que esta localidad es importante ya que sugiere que la fauna de vertebrados continentales no era homogénea a todo lo largo de Laurasia.

¿Qué hemos encontrado?

Se han identificado anfibios, diferentes grupos de lagartijas, cocodrilos, un tipo de raya, peces, tortugas y mamíferos. También se han recolectado dientes de dinosaurios tipo pico de pato, que son los más abundantes, además de dinosaurios carnívoros de pequeño y gran tamaño.

Entre los fósiles interesantes y abundantes está una lagartija que sólo era conocida por un par de dientes, ahora la conocemos por casi todo su esqueleto y se ha podido determinar cómo reemplazaba sus dientes.

Diente de dinosaurio de carnívoro pequeño. Foto: René Hernández.

La presencia de cáscaras de huevo de dinosaurios y restos de crías de dinosaurios es algo emocionante.  Junto con estos estudios también se están realizando estudios isotópicos que nos ayudarán a determinar la temperatura y humedad.

En diferentes sitios también se han encontrado restos de árboles petrificados, además de hojas, frutos y semillas. Infortunadamente, en los últimos años los árboles petrificados están siendo saqueados, hecho preocupante pues por un lado se pierde parte del patrimonio paleontológico del área y por el otro, al ser removidos sin tener en cuenta el contexto geológico, se pierde información valiosa para hacer reconstrucciones de la paleoflora y paleoambiente.

Infrutescencia. Foto: Marisol Montellano.

¿Cómo visualizamos El Rosario hace 74 millones de años?

Se trataba de un ambiente fluvial con un gran río que se abría en muchos brazos, había episodios con mucha energía que arrastraba con todo, y existían lugares emergidos que eran estables y que desarrollaban suelos donde las plantas podían crecer. Asociado a este paisaje estaban los peces de agua dulce, algunos eran de agua salobre, como anfibios, reptiles, tortugas, cocodrilos, mamíferos y dinosaurios de pequeño y gran tamaño.

Por último, quiero hacer un reconocimiento al apoyo desinteresado de los habitantes de El Rosario, sin el cual nuestro trabajo no sería posible año tras año.

Madera fósil. Foto: Marisol Montellano.

Este artículo se publicó en la edición noviembre 2018 de la revista Mediterranews.

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